Otro de los grandes atractivos de Galicia es su extraordinaria y variadísima gastronomía. Se podría decir que la cocina gallega es una cocina clásica, porque alcanza el ápice de su belleza con los elementos más sencillos y naturalmente combinados, que no precisan de demasiados artificios para ofrecer al aficionado a la buena mesa una auténtica experiencia de disfrute del paladar. La materia prima de primera calidad es la protagonista de los platos, en una forma de cocinar familiar y cariñosa. Artesanal, pausada, abundante y variada. Disfrutar entre amigos de una buena mesa constituirá, por sí sola, toda una experiencia inolvidable. La suculenta cocina gallega rociada por alguno de sus extraordinarios vinos, hará que el tiempo pase sin enterarnos, alargando la sobremesa acompañada de alguno de sus aromáticos  licores naturales.