La Ribeira Sacra es una tierra marcada por los ríos Miño y Sil que, a su paso entre las montañas, van moldeando su hermoso paisaje. En esta ruta podemos encontrar la mayor concentración de construcciones de estilo románico de Europa. Intérnate en este ambiente mágico para conocer lugares tan especiales como el antiguo convento de Santo Estevo de Ribas do Sil o el monasterio de San Pedro de Rocas, literalmente excavado en el interior de una roca viva. Las tumbas antropomorfas que salpican el camino, con el liquen acumulado durante años sobre su superficie en estas tierras lluviosas, recrean una atmósfera quimérica que nos transporta a épocas lejanas de hechizos y fantasías.
Pero no todo es patrimonio arquitectónico en la Ribeira Sacra. Su sorprendente paisaje está presidido por el escarpado cañón del río Mao que os impresionará con sus magníficos saltos de agua. Siempre y cuando no tengáis miedo a las alturas, el mejor mirador para apreciar la espectacularidad de estos cañones es desde los llamados “balcones de Madrid”, literalmente colgados sobre el vacío.
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